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Just say Hi

Just say Hi

El martes, durante lo que yo llamo “Paseo perruno”, iba totalmente abstraída en mis pensamientos mientras escuchaba algo de música. Era uno de esos momentos en los que si te preguntan que qué música estás escuchando ni lo sabes. En mi regreso a casa, divisé a lo lejos dos chicos jóvenes. Al cruzarnos, uno de ellos me miró y saludó. Yo me quedé pensando en si le conocía, pero luego me dí cuenta de que es costumbre cuando vas por el monte saludar a todo aquel que te cruzas. Este es un hábito que nunca he entendido, pero que me llevó a dejar vagar mi mente y analizar un poco la costumbre de saludar.

 

Para ser sincera, reconozco que nunca se me ha dado bien expresar mis sentimientos de afecto. Me refiero a cosas como dar un abrazo, un beso, unas palmaditas en la espalda, pasar el brazo por los hombros a alguien o incluso tocarle un momento con el dedo índice para llamar su atención por algo. No sé explicar muy bien la razón. Se podría pensar que soy tímida y que no tengo la suficiente confianza con esa persona, y sin embargo, seguiría sin poder asegurar porqué a pesar de tener tanta confianza en algunas personas, sigo sin tocarlas. Después de muchos años, creo que sólo hay dos razones por las cuales no demuestro cariño a través de estos pequeños gestos. La primera es porque me vuelven vulnerable ante las personas. Una muestra de afecto, significa que tienes sentimientos positivos hacia una persona y, de alguna manera, dejas la puerta abierta a que esa persona los vea y, por consiguiente, pueda utilizarlos. Nunca me ha gustado la idea de demostrar debilidad por algo o por alguien. Me vuelve vulnerable y me hace temer que tal vez un día, eso se utilice en mi contra para hacerme daño. La segunda de las razones, creo que es consecuencia de la primera. Me he “vallado”. No me gusta que nadie entre en mi espacio personal. Yo lo imagino como una burbuja que me envuelve de manera invisible, protegiéndome de los demás. Así, se puede decir que no hago uso de las muestras de afecto ya que de alguna manera, considero que invaden el espacio personal de cada uno de nosotros y más aún si nadie nos ha dado permiso para invadirlo.

 

Cierto es, que a veces, por educación, una se siente obligada a dar besos y abrazos por doquier. En esas situaciones, soy como una tabla de rígida. Me he acostumbrado tanto a no dar muestras de cariño a gente que no es de mi círculo familiar más próximo que luego no sé darlas y temo que algún día, alguien lo note. Otras veces (y esto me molesta más que nada en el mundo), me he sentido obligada a dar besos a gente que acabo de conocer. Para mí, un beso es una de las mayores muestras de cariño que una persona puede dar y recibir. No tengo palabras suficientes para describir el sentimiento que debería embargarnos tanto cuando lo damos como cuando lo recibimos. Significa querer, sentirse querido. Significa una herida o una caída que ya no va a doler, significa un cuánto te he echado de menos. Significa un no puedo pasar un minuto sin acercarme a ti. Pero desde luego, lo que no significa es un hola, encantado de conocerte. Eso sí que no. Y si hay algo que de verdad me repatea, es tener que darlo cuando te presentan a alguien y todo, porque al menos, una de las dos partes, es chica. Vamos a ver, qué manía tiene la gente con no dar la mano ¿sólo porque soy chica ya te mereces un besito en la mejilla en lugar de un apretón de manos?. Conste que yo pongo en práctica el asunto de extender la mano cada vez que me presentan a alguien dentro del ámbito laboral. En el ámbito normal y corriente, ya he dado esta costumbre por imposible por escasa aceptación social. Aún así, la gente se empeña en intentar hacerme entender que un beso equivale a un saludo, y la verdad es que por mucho que insistan, no van a lograrlo. Ahora, para rizar más el rizo, se empeñan en que en lugar de un beso, sea un choque de mejillas. Pues vale, eso es como decir, te daría un beso en la mejilla, pero es que no te conozco, así que te las choco. Vamos, el no va más. Si quieres besar, besa y si no, alarga la mano, pero no hagas como que das un beso cuando no te apetece ni lo más mínimo. Esto me parece de una hipocresía total, pero desde luego, si es lo que la gente quiere en lugar de recibir mi mano, pues bienvenido sea. Prefiero mil veces eso, a tener que besar a desconocidos, porque para mí, saber el nombre de una persona no es “conocerla”.

 

1 comentario

Itziar -

Ahora entiendo molto things :P